En 1945 George Orwell publico su novela Animal Farm, el libro es una critica al régimen comunista de su época y presenta la historia de una granja en la cual los animales inician una revolución en contra del granjero para establecer sus propias leyes. "TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES PERO ALGUNOS SON MAS IGUALES QUE OTROS" era una de las leyes que fueron creadas por los animales y originalmente decretaba "TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES"; pero a causa de cierto grupo de animales los cerdos (irónicamente los lideres revolucionarios) las leyes pasaron a ser distorsionadas para beneficiar y permitir a los actuales líderes disfrutar de las indulgencias humanas, las cuales habían sido prohibidas para evitar los animales se degenerarán.
Como en la novela de Orwell el pueblo o clase trabajadora tienen derechos como cualquier otro ciudadano, con la pequeña excepción que los gobernantes han manipulado la ley favoreciéndolos en caso de cometer un delito.
Debería juzgarse como cualquier ciudadano guatemalteco a los exgobernantes por las faltas cometidas durante el periodo en el cual estuvieron a cargo del país; pero el abuso de poder y las grandes sumas de dinero (recaudado del mismo pueblo que los eligió por supuesto) invertidas en abogados e incluso sobornos a las autoridades judiciales, les da el derecho de estar libres de cualquier castigo ó recibir una pena menor.
Con la creación de la CICIG el 4 de septiembre del 2007 se espero que con el paso del tiempo se juzgará a estas personas que abusaron de la confianza del pueblo guatemalteco y se enriquecieron de forma ilícita; pero la labor de dicha entidad esta limitada a presentar investigaciones al estado de Guatemala y en su mayoría casos sobre aparatos clandestinos y cuerpos ilegales de seguridad. Tampoco podemos ocultar los logros alcanzados hasta ahora por la CICIG en la extradición del expresidente Alfonso Portillo.
La impunidad en Guatemala sigue presente en los casos de la masacre de las Dos Erres, el caso Pavón-Infiernito (a pesar de la captura de Erwin Sperisen por las autoridades Suizas) y así podría mencionar un listado de delitos por parte de los politicos.
Las palabras en la novela de George Orwell nos enseñan que las personas siguen aprovechándose sin medida del poder que obtienen y los politicos guatemaltecos no han sido la excepción.
Como en la novela de Orwell el pueblo o clase trabajadora tienen derechos como cualquier otro ciudadano, con la pequeña excepción que los gobernantes han manipulado la ley favoreciéndolos en caso de cometer un delito.
Debería juzgarse como cualquier ciudadano guatemalteco a los exgobernantes por las faltas cometidas durante el periodo en el cual estuvieron a cargo del país; pero el abuso de poder y las grandes sumas de dinero (recaudado del mismo pueblo que los eligió por supuesto) invertidas en abogados e incluso sobornos a las autoridades judiciales, les da el derecho de estar libres de cualquier castigo ó recibir una pena menor.
Con la creación de la CICIG el 4 de septiembre del 2007 se espero que con el paso del tiempo se juzgará a estas personas que abusaron de la confianza del pueblo guatemalteco y se enriquecieron de forma ilícita; pero la labor de dicha entidad esta limitada a presentar investigaciones al estado de Guatemala y en su mayoría casos sobre aparatos clandestinos y cuerpos ilegales de seguridad. Tampoco podemos ocultar los logros alcanzados hasta ahora por la CICIG en la extradición del expresidente Alfonso Portillo.
La impunidad en Guatemala sigue presente en los casos de la masacre de las Dos Erres, el caso Pavón-Infiernito (a pesar de la captura de Erwin Sperisen por las autoridades Suizas) y así podría mencionar un listado de delitos por parte de los politicos.
Las palabras en la novela de George Orwell nos enseñan que las personas siguen aprovechándose sin medida del poder que obtienen y los politicos guatemaltecos no han sido la excepción.
